Mi Cuento Fantástico 2022

En busca de un hogar

Hola, me llamo Morpho y mi nombre es sinónimo de alegría o cambio, por eso cuando las personas me ven suelen asociarlo a que les concedo deseos. Realmente no sé qué tan cierto sea, pero lo que sí sé es que cuando alguien logra verme se pone muy feliz, debido a que les parezco de gran belleza.

Hoy quiero contarles una muy linda historia; la historia de mi familia, que ha pasado por muchas generaciones; no sé si sea una leyenda, un mito o una historia verdadera, la aventura narra una gran travesía, llena de peligros en la búsqueda de un nuevo hogar. ¿Les gustaría escucharla?, pues aquí se las voy a contar.

La historia comienza un día de verano a finales del mes de febrero, cuando una majestuosa mariposa puso muy escondidos unos huevitos en una hoja. Después de 5 días despertó una desconcertada y graciosa oruga junto a otras. ¡Qué alegría! Por fin había nacido.

Todo era nuevo para ella, poco a poco fue creciendo y comiendo, creciendo y comiendo. Al principio se sentía extraña y hasta un poquito feíta porque era de un color café con verde limón brillante y tenía el cuerpo envuelto de unos pelillos irritantes. Por esta razón, ningún animal se le acercaba, al principio no comprendía lo que pasaba, sin embargo, luego se dio cuenta que era algo así como un mecanismo de defensa, que impedía que algún animal quisiera comérsela. El lugar donde nació era un bosque, con pocos árboles, mucho humo y basura.

Cierto día unas personas no tuvieron miedo de acercarse, y capturaron a unas orugas que estaban cerca. Según le contaron después a la oruguita, era para exhibirlas en unas vitrinas. Eso la llenó de mucho temor y decidió cuidarse para no correr con la misma suerte. Todo pasaba con tranquilidad, pero al cabo de 60 días, algo pasó y comenzó a sentirse un poco extraña, se envolvió en una seda, cayó profundamente dormida y empezó a soñar con una hermosa selva tropical, un lugar mágico, donde todo era verde, sin humo, ni contaminación, con ríos cristalinos y donde volaba libremente. En ese lugar se sentía segura y llena de una inexplicable paz.

Después de dos semanas despertó, pero ya no era aquella fea oruga verde. Ahora tenía unas hermosas alas de un color azul metálico, con las puntitas negras, y es ahí cuando comenzó la gran aventura de volar para poder hacer realidad aquel gran sueño que había tenido.

Voló hasta un lugar donde conoció a unos graciosos escarabajos que le dijeron que ellos habían escuchado de ese hermoso lugar; esto la motivó a emprender la búsqueda. Primeramente, comenzó su aventura en un lugar llamado Venezuela. Ahí había muchos árboles y comida, sin embargo no se sentía realmente libre; luego cruzó la gran selva Colombiana y se enteró que estaba cerca de su destino.
Ya en Panamá sintió mucha hambre y desenrolló su espiritrompa para alimentarse de la savia de unos árboles, pero cuando estaba a punto de terminar aquel delicioso banquete, vio a lo lejos como un pájaro de un color azul verdoso se tragaba de un picotazo una pobre libélula.
Este la observó y también intentó comérsela, pero ella voló lo más rápido que pudo, muy cerca del suelo, hasta que después de un rato lo perdió de vista y luego un chapulín le advirtió que tuviera cuidado, que ese era un pájaro llamado Jacamar que solía comerse las mariposas de su especie que pasaban por ahí.

Tanto miedo tuvo que sin darse cuenta ya había volado muy lejos. En ese lugar había una selva tropical; la más hermosa que jamás había visto, con grandes árboles llenos de una riquísima savia, las más deliciosas frutas tropicales que había probado y muchas mariposas de otras especies. Sintió una magia asombrosa en ese lugar, las personas no intentaban cazarlas o ponerlas en vitrinas ni usarlas como adornos, se asombraban al ver su belleza y no paraban de tomarles fotos.
Ella se sentía hermosa, segura y amada. Justo en ese momento comprendió que ese debía ser su nuevo hogar. El sueño por el que tanto había luchado y todos los peligros que había afrontado para hacerlo realidad habían valido la pena. Deseaba que sus futuras generaciones vivieran ahí por muchos años seguras y libres.

Seguramente ya te lo estás imaginando ese lugar es Costa Rica. Esta es nuestra historia que ha pasado de generación en generación. Me enteraré que este año me declararon símbolo nacional de este gran país, donde han crecido mis antepasados y crecerán las futuras generaciones. Quiero decirle a todos los que lean mi historia que protejan y respeten todas las formas de vida, enseñen y eduquen a los niños y adultos a cuidar el medio ambiente para vivir libres y en paz.


Autor(a) Dhanna Jimena Cordero Segura
Escuela El Rodeo
Docente Fanny Loría
Director(a) Israel Núñez Rey
Dirección Regional Puriscal