Mi Cuento Fantástico 2024
Así transcurrieron muchos días tristes para mí, hasta que llegaron las vacaciones. Mi hermano mayor me invitó a pasar unos días en su casa, en el campo. Acepté para poder desahogarme y cambiar de ambiente. El lunes por la mañana mi hermano fue a recogerme. Después de un par de horas de viajar, llegamos a su casa y al caer la tarde, después de haber comido mucho, me fui a mi cuarto y antes de apagar la luz para dormir, mi hermano me dijo: “mañana a las seis y media saldremos al campo”. Dije que sí con la cabeza, me acosté en la suave cama y fue tanta mi emoción que, cuando ya me iba a dormir, me di cuenta que un rayito de luz se asomaba por mi ventana, ¡ya era de día! Y era hora de alistarme y de tener una nueva aventura con mi hermano.
Cuando llegamos al campo, vi que tenía flores de distintos colores, un laguito habitado por patos y peces de diferentes tamaños, ranchitos con mesitas y sillas para pasar el día. Después de pasar un rato paseando por el lago y conociendo los distintos senderos, sentí que necesitaba hablar con mi hermano y contarle lo que me estaba pasando.
-Hermano ¿te puedo contar algo? -le dije.
-Pues claro, ¿qué pasó? -me respondió.
-En la escuela los niños me molestan, no me dejan vivir en paz, me siento atrapado, no puedo hacer lo que de verdad quiero, sólo desearía ser como los demás.
Unas lágrimas salieron de mis ojos y dos estrellas más se unieron a mi galaxia. Me miró con ternura y me dijo: -Oye la vida puede ser muy difícil, pero míralo así, muchas personas no saben ver realmente lo valioso y lo especial que eres, simplemente ven el físico, sin poner atención al corazón. Tal vez no seas como los demás, pero eres muy especial y único; recuerda siempre ver a tu interior y que nosotros te amamos mucho, no debes cambiar por otros.
Más tranquilo y satisfecho con su respuesta, limpiándome las lágrimas, logré ver un pato a lo lejos, detrás de él venía un hermoso cisne, los demás patos lo miraban diferente, en ese momento el cisne abrió sus alas y se echó a nadar, así entendí que tener un audífono no me hacía malo, sino especial, miré a mi hermano y le di un fuerte abrazo.Al volver a casa, mientras subía las escaleras, recordé el telescopio que tenía en mi cuarto. La noche era tan perfecta que se podían ver las estrellas brillar, entonces comencé a pensar que éstas fueron como las muchas lágrimas de mi galaxia, pero ahora que he aprendido lo valioso que soy, serán mis anécdotas y mis fortalezas para seguir adelante. Comprendí que ser diferente está bien, me hace único.
Al volver a la escuela luego de mis vacaciones, me sentí como el cisne con la cabeza en alto, sin preocupaciones. Nadie quiso acercarse a molestarme y estoy seguro de que fue porque mostré que no me importaba. Desde ese día tengo más amigos y sé que a pesar de nuestras diferencias todos somos iguales.