Es importante establecer hábitos y rutinas de forma paulatina a los infantes y adolescentes, ya que estas les permiten adquirir una serie de habilidades socioemocionales y de convivencia.
Las rutinas y hábitos conllevan responsabilidades consigo mismos y con los demás ya sean miembros de la familia, en el aula o en los grupos sociales en que participa la persona durante la infancia y adolescencia. Algunos de los beneficios de establecer este tipo de actividades son:
● Brindar seguridad.
● Dar sentido de pertenencia.
● Reducir la ansiedad e incertidumbre porque hay un orden de actividades con un tiempo establecido por lo que les da tranquilidad.
● Fomentar el desarrollo de la autonomía.
● Permitir organizarse.
● Estimular la autoconfianza.
● Promover el sentido de la responsabilidad.
● Favorecer el desarrollo de habilidades relacionadas con el trabajo colaborativo y en equipo.
● Propiciar el desarrollo de habilidades relacionadas con la creatividad.
● Aprender la tolerancia a la frustración, lo cual está relacionado con el autocontrol de las emociones.
● Aprender a seguir instrucciones.
● Estimular la concentración y el desarrollo de habilidades ejecutivas.
Las funciones ejecutivas las realiza el cerebro y están relacionadas con la capacidad de planificar, organizar, revisar y evaluar las acciones que realiza una persona para conseguir una meta o un objetivo, o para resolver una tarea o encontrar una solución a un problema. Lo anterior le demanda a una persona un autocontrol de la ansiedad, el estrés y la frustración.
Ejemplos de hábitos y rutinas
A continuación se enumeran algunos hábitos y rutinas que pueden practicar la persona en la infancia y adolescencia:
● Hábitos de higiene.
● Los tiempos de sueño.
● Recoger sus juguetes y su artículos escolares, en la adolescencia ser responsables del orden de su cuarto.
● Colocar la mesa y recoger los platos de la mesa.
● Doblar y guardar la ropa limpia.
● Cuidar de la mascota de la familia (alimentar, sacar a pasear, mantener limpio el espacio donde vive).
● Hacer sus deberes escolares.
● Alistar el uniforme.
● Realizar las actividades asignadas en el hogar, por ejemplo recoger la ropa que se quitan y colaborar con el orden de las zonas en común.
● Desarrollar actividad física.
Actividades para desarrollar hábitos y rutinas
La formación de hábitos y rutinas durante la infancia y la adolescencia demanda por parte de la persona adulta a cargo persistencia, paciencia y tolerancia. Dos acciones que se recomiendan son:
● El calendario de rutinas colocado en un lugar visible para que recuerden lo que deben hacer.
● Un registro de rutinas y hábitos, para lo cual se sugiere poner una pizarra con una cuadrícula con los días de la semana y unas pegatinas con imágenes o el nombre de los deberes que se colocan registrando su realización.
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Para ejecutar las actividades anteriores es importante motivarlos con un sistema de recompensas que debe ser cuidadosamente seleccionado de acuerdo con las características de la persona y abrir un espacio de diálogo cuando se susciten situaciones de frustración, enojo, reclamo y no conclusión del deber. Este diálogo debe ser en un ambiente tranquilo, que les permita expresar sus emociones con respecto al deber y que los lleve a reflexionar sobre sus comportamientos.